Todo pasará, ya lo verás…


En la vida, todo pasará. Vendrán momentos de aprendizaje y enseñanza y momentos de felicidad. ¿Estás de acuerdo?
Pienso que Dios nos da exámenes y hasta que no los pasamos, nos los sigue dando de diferentes formas llamadas: pruebas.
Te comparto lo que me pasó en agosto del 2019. Me fui de viaje sola a tomar unos talleres. Cosa que fue un reto total para mí. Estaba viajando en avión sola, cosa extraña para mí porque acostumbro a hacer todo en familia. A eso, súmale que deje a los niños al cuidado de mi esposo. Aunque sé que los cuida bien, las madres preferimos que los niños estén con nosotras. ¿Te ha pasado?
Bueno, pues llegó el momento de montarme en el avión. Lo primero que hice fue poner el viaje en manos de Dios. Mi petición era llegar bien a mi destino final. El viaje comenzó perfecto, pero a mitad del vuelo hubo turbulencias.
Me asusté lo admito, pero lo primero que hice fue orarle a ese Dios que siempre nos escucha. Fueron las horas más largas de mi vida, pero decidí entregarlas en oración a Dios. Llegué bien a mi destino.
Pero al regresar del viaje de Florida la historia cambió. Ya no eran simples turbulencias como en el primer viaje. Ahora recibía la noticia de que venía un huracán a Puerto Rico y me atrasaron el vuelo. Momentos de mucha incertidumbre, de temor. Gracias a Dios pude viajar a mi país, para estar con mi familia una hora después de la programada.
El huracán venia directo hacia Puerto Rico, pero luego cambió un poco la ruta. Este cambio de ruta hio que yo pudiera viajar. Cuando llegué a Puerto Rico el país se encontraba en crisis y pasaba mucha ansiedad por el huracán Dorian.
Recientemente reflexionaba sobre las grandes lecciones que tuve en ese viaje. Pienso que así es nuestra vida. Durante el viaje llamado vida, ocurren turbulencias. Hay turbulencias que nos jamaquean, y nos hacen pensar y son tan necesarias para tomar acción. Es un despertar de conciencia. Hay tormentas que llegan para sacar lo mejor que hay dentro de nosotros mismos. Hay momentos difíciles, pero si tenemos a Dios con nosotros quien contra nosotros. La vida es un viaje. Hay que vivir cada día. Y sobre todo saca tiempo diariamente para orar y hablarle a Dios. En la prueba alaba y confía en él.
Entra a tu rincón y ora sin cesar a ese Dios. Cada día tiene su propio afán, pero si le entregamos nuestras cargas a EL cada día será más liviano. Recuerda hay días grises y oscuros los cuales serán un poco más difíciles y hay días con un sol maravilloso. Pero a pesar de como este el dٕía, si vienen tormentas, huracanes, terremotos o lo que venga, siempre hay un amanecer y atardecer y a veces hasta un arcoíris celestial que nos hace recordar que Dios está siempre. Recuerda que todo pasará.
Te deseo que tengas un día extraordinario.
Mil bendiciones,
Svetlam de Mami al Natural
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