La vacuna que no falla


Para el 1796 un médico rural inglés llamado Edward Jenner creó la primera vacuna para hacerle frente a la pandemia de la viruela. Dicha vacuna salvó la vida de millones de personas, al tal punto, que el último caso reportado en el mundo ocurrió en Somalia para 1977.
Dios nos ha provisto por medio de Su palabra una vacuna que ha sido efectiva por más de veinte siglos, la cual ha salvado la vida de millones de personas desde el principio de la historia hasta el presente. El contenido de esta vacuna no es el resultado de experimentos humanos, sino el resultado del amor de Cristo demostrado en la cruz del calvario. Es una vacuna cuyo ingrediente activo principal es el amor y cuyos efectos secundarios son la transformación de toda vida que la recibe. Esta vacuna muestra la esencia misma de un Dios sanador, el del oportuno socorro, el que brinda descanso en medio de la tormenta, la esperanza de gloria, el proveedor que no nos desampara, nuestra roca de confianza, el fiel amigo del camino, el de la paz que sobrepasa mis pensamientos, en fin; la vacuna de Su palabra contiene todo lo que ninguna vacuna ha podido brindar; el camino a la vida eterna.
Tal vez hoy te encuentras con varios de los síntomas que provocan el virus de la incertidumbre, el desasosiego o la desesperanza, pero existe una vacuna que no falla, la cual si deseas está disponible gratis para ti. ¡Si, gratis! no tienes que pagar nada ya fue salda por amor en el madero, y lo mejor de todo es que no tienes que salir a buscarla y tampoco se rige por ningún toque de queda, está disponible con tan solo decir; “Señor, te necesito en mi vida hoy. Haz de mi un ser humano nuevo. Inyéctame con el amor que solo tú sabes dar” Vuelvo y te lo digo, es la vacuna que nunca falla.
