Navidad de Reconciliación


El año 2022 se ha caracterizado por ser un año de muchos retos para nuestra sociedad. Estos retos han traído cambios que serán documentados en nuestra historia como eventos extraordinarios que han sido de gran impacto a nivel mundial. Hemos presenciado como se fomenta el odio, cuestionamientos de procesos salubristas, imposición de ideales, entre otros, que nos han llevado a reevaluar cual es nuestra posición en torno a estos temas. Así mismo, reportes como los famosos “archivos de Twitter” han mostrado como algunos han sido hasta rechazados por diferir y defender lo que entienden que es cónsono con nuestros valores como sociedad. Y aunque podemos pensar que el resultado de estos eventos no necesariamente afecta nuestros hogares, podemos ver como la familia, al igual, ha sido atacada con un solo fin, división.
La Navidad, representa todo lo contrario. En un acto de amor, Dios entregó a su único hijo para que no importando nuestra condición tengamos acceso a la salvación. Comenzando con la imagen de luz e inocencia que un niño brinda, hoy en día vemos esta época como una de amor, de esperanza y de luz en medio de la oscuridad. La utilizamos como una temporada donde tenemos la oportunidad de dejar los retos atrás y volver a comenzar. Festejamos junto a nuestros seres queridos y compartimos historias de experiencias pasadas buscando refugio en el calor que nuestras familias nos pueden brindar. Y es que en efecto son estas dinámicas las que hacen de esta época no tan solo una de reivindicación sino de reconciliación.
Esta Navidad, reconcíliate contigo mismo. Recuerda la imagen que, con su amor incondicional, Dios tiene de ti. No permitas que la opinión de los demás afecten tu percepción de ti mismo. Algunos pensarán que no tienes talento, otros pensarán que estás loco. Pero tu felicidad vale más que lo que los otros definen como “éxito”. Es por esto por lo que Dios en miras de mostrarte lo valioso que eres, ha brindado el sacrificio por excelencia. Hoy, recordamos un evento de celebración, que nos confirma que Su entrega no fue en vano y que, así como Él nos amó, nos debemos amar a nosotros mismos y al prójimo no dando espacio a la división que tanto el mundo promueve. En cada acto que realicemos, debemos recordar que Él nos ha bendecido para que seamos de bendición y que ante los retos del próximo año no debemos olvidar que Él nunca nos abandonará. Es por esto por lo que llamó a su hijo Emmanuel (Dios con nosotros).

Comment