Impacto social del movimiento “Woke”


En los últimos años hemos observado un fenómeno que está calando en todas las esferas de nuestra sociedad. Me refiero a la cultura woke y esta se manifiesta a través de la cultura de la cancelación. Esta es una ideología más o menos reciente (aunque su origen es desde el 1940) que establece que existe un privilegio en los de la raza blanca sobre los de la raza negra. Estos últimos son oprimidos justificado mayormente por la historia de la esclavitud en los Estados Unidos. Por lo que es imperativo estar despiertos (woke) para luchar contra todo tipo de injusticias. De este movimiento se han montado los grupos de “black lives matters” y debido a la interseccionalidad se ha creado una sombrilla donde caben otros grupos como los de“Me Too”, el feminismo radical y los activistas sexuales.
En estos días se ha ventilado en las redes sociales de Puerto Rico la manifestación del “wokismo” con una cultura de cancelación hacia la Sra. Tere Marichal conocida como María Chuzema. La Sra. Marichal optó por no asistir al Festival Afroantillano para leerle cuentos a los niños. La causa fue que recibió un rechazo verbal en las redes sociales por personas activistas del “woke” debido a su color de piel blanca y sus ojos claros. Los que en un pasado eran aliados ahora se han convertido en enemigos y detractores de la Sra. Marichal.
A través de diversas expresiones por medio de la amplia resonancia que ofrecen las redes sociales, las manifestaciones “woke” permiten censurar, boicotear y humillar a todos los que ellos consideren ofensivos. Los atacados por el movimiento ‘woke” son juzgados como divergentes de esta nueva ideología intolerante, tirana y traicionera.
¿Cómo el “wokismo” afecta nuestra convivencia en sociedad?
El objetivo de esta cultura es la transformación de la sociedad, persiguiendo una visión utópica de la realidad donde son erradicadas todas las desigualdades. Buscan el paso de una sociedad opresiva a una inclusiva en la que todos tengan igualdad de derechos. Para alcanzarlo, consideran tener licencia para censurar al sector privilegiado de la sociedad. Las repercusiones de este movimiento consisten en personas que han perdido su trabajo al ser consideradas “homofóbicas” o racistas y sin posibilidad de defenderse.
Por otro lado, con el “wokismo” se observa el predominio del “razonamiento emocional”, donde en este tipo de razonamiento nuestras emociones negativas son las que reflejan nuestra realidad. El problema con este tipo de razonamiento es que desarraiga los planteamientos objetivos eliminando el razonamiento crítico y dando prioridad a lo subjetivo. El reconocer que el punto de vista de los demás puede ser veraz y lógico es considerado “traición”. No se concibe bajo ningún concepto, cuestionar la credibilidad o el estado emocional de aquel que ha sido ofendido. El razonamiento emocional se va transformando en un argumento de peso y de evidencia, incluso con supremacía. Este fenómeno está suscitando el miedo de empresas, universidades o personas individuales a enfrentar acusaciones por expresar opiniones sin pasar el filtro de lo políticamente correcto. Se tilda de acoso no solo el acoso sexual o laboral, etc; sino también el discurso inadecuado o inoportuno.
Esta modalidad es una amenaza a las libertades individuales como la libertad de expresión, conciencia y religión. El “wokismo” tiene el efecto directo de ir eliminando estas libertades por el miedo de ser censurado y castigado. Divide a la sociedad entre los que creen tener el pedestal del poder para ser los jueces absolutos y los que están equivocados o engañados y que deben ser anulados o eliminados civil y culturalmente.
¿Qué podemos hacer?
Sin duda, sabemos que existen diversas injusticias que prevalecen todavía en nuestro entorno y deben abordarse. Es necesario crear conciencia, pero la conciencia por sí sola no es suficiente para hacer cualquier cosa. Se necesita tomar acciones reales y concretas. Esto conlleva un activismo auténtico en un proceso sostenido que no incluya la cancelación y la violencia. No se puede denunciar una situación de discrimen o de desigualdad por razones puramente ideológicas.
Debemos tener el valor primero como individuos, como familia y posteriormente como miembros de la sociedad, a tener una opinión propia, mantener una actitud crítica y rescatar nuestra conciencia individual. No podemos ser parte de una comunidad cuando la historia está atada a lo políticamente correcto. Debemos derrotar la dictadura ideológica del “wokismo” expresándonos sin miedo de ser cancelados y juzgados. Solo así podremos tener una sociedad verdaderamente libre.

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